Con la ilusión de convertirnos en una ecoescuela, nuestro colegio forma parte de una red de centros educativos comprometidos con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de la Agenda 2030.

Este curso estamos desarrollando tareas relacionadas con los tres ODS: el 12 (Producción y consumo responsables), el 13 (acción por el clima) y el 15 (vida de ecosistemas terrestres).

Uno de los proyectos que hemos comenzado, es la realización de compost, una forma de reciclaje que consiste en la transformación de la materia orgánica en abono natural, a través de un proceso controlado de descomposición.

Para llevar a cabo estas actividades en torno al compostaje, el profesorado nos hemos formado con un ponente experto en la materia, que nos ha indicado los pasos a seguir para la realización del compost.

Cada día, una clase se encarga de llevar los restos orgánicos del comedor y del almuerzo a la compostera, que, junto con restos de poda, hojas secas y un poco de agua, se irá descomponiendo a lo largo de los días, formando en unos meses más tarde, abono para las plantas de nuestro huerto escolar y de nuestros jardines.

Además, con los datos tomados cada día de la temperatura del compost y de los kilos de restos de comida, el alumnado podrá sacar conclusiones procesando toda esa información en diferentes tipos de gráficos que nos muestren, a simple vista, la cantidad de residuo que ahora ya no desperdiciamos tirándolo a la basura, sino que lo aprovechamos, cerrando así el círculo de la sostenibilidad.

Autoras: María Asunción Mateu, maestra, e Isabel Picó, directora del colegio.